¿Qué habilidades necesito para ser analista de negocio?

Los médicos, los ingenieros, los científicos de datos y otras profesiones similares exigen mucha concentración, fuerza de voluntad, capacidad de aprendizaje, anticipación y otras facultades mentales similares. Este tipo de trabajos puede agotar a una persona normal y corriente, y por eso no encontrarás a un ciudadano medio haciendo ninguno de estos trabajos.

El trabajo de un analista de negocios entra en la misma categoría que el anterior y, por tanto, puede ser agotador y exigente. Esto implica no sólo conocer el núcleo del trabajo, sino también estar armado con varias habilidades blandas como la comunicación efectiva, la empatía, ser capaz de juzgar correctamente las situaciones y otras.

Las habilidades de un analista de negocios se basan en dos campos principales: la administración de empresas y el análisis de datos. En cierto sentido, el análisis empresarial es el punto en el que se encuentran esos dos campos. Podrías pensar en los Analistas de Negocio como intérpretes, que traducen los datos brutos en ideas empresariales útiles. Teniendo esto en cuenta, el conjunto de habilidades de un Analista de Negocio es inusualmente amplio, lo suficientemente grande como para abarcar estos dos mundos.

¿Cuáles son las principales habilidades necesarias para convertirse en analista de negocio?

Para que sea más fácil tenerlas en cuenta, vamos a desglosar las habilidades que necesita un analista empresarial en dos tipos: habilidades técnicas y habilidades sociales.

Habilidades técnicas para los analistas empresariales

  • Gestión empresarial: En primer lugar, los analistas empresariales deben comprender bien los principios empresariales generales, empezando por la forma en que se entrelazan los sistemas informáticos y los procesos empresariales, y extendiéndose a todos los demás fundamentos de la gestión de una empresa -presupuestos, análisis de costes y beneficios, organigramas, análisis de variaciones, relaciones con los clientes, etc.- y cómo informan en última instancia a la estrategia empresarial.
  • La tecnología: El analista empresarial debe tener un conocimiento exhaustivo de la tecnología, incluida la familiaridad con el funcionamiento de los ordenadores y los conceptos subyacentes de los sistemas de información y los sistemas de ingeniería. También debe ser experto en todos los aspectos de Microsoft Office -sobre todo Excel, SharePoint y el creador de diagramas de flujo Visio-, así como en Perl, VBScript y, especialmente, SQL.
  • Análisis de datos: Además de tener conocimientos generales de análisis de datos, como Excel y SQL avanzados, herramientas de modelado y visualización como Tableau, e (idealmente) lenguajes y herramientas de programación como Python, los Analistas de Negocio también deben sentirse cómodos con todos los diversos aspectos de la investigación y el análisis de datos que se aplican a la gestión empresarial. Esto incluye la redacción de requisitos de elicitación, la realización de análisis orientados a objetos, análisis de brechas y diversos tipos de análisis estadísticos, la creación de proyecciones de gestión de riesgos y previsiones financieras, y la realización de pruebas para la verificación y validación.
  • Documentación: Estrechamente relacionadas con el análisis de datos en sí, están las actividades de organización y documentación que apoyan ese proceso, como la redacción de documentos de requisitos empresariales (BRD) y otros documentos de especificaciones técnicas, proyecciones, planes e informes de análisis basados en tu investigación.

Habilidades blandas para los analistas empresariales

  • Resolución de problemas y pensamiento crítico: Una de las características que definen el análisis empresarial es que implica la búsqueda de soluciones que no son inmediatamente obvias; de hecho, el método que hay que utilizar para descubrir la solución o incluso para definir el problema a menudo tampoco es obvio. Se necesita un pensamiento claro y una cierta dosis de creatividad para ser capaz de entender y enmarcar los problemas de forma que se llegue a una solución satisfactoria, algo que no se puede enseñar, pero sí practicar.
  • Organización y gestión del tiempo: No hace falta decir que un trabajo tan complejo como el de Analista de Negocio depende de una excelente capacidad de organización y gestión del tiempo. Los días y las semanas de un Analista de Negocio son siempre diferentes, ya que las muchas bolas que mantienen en el aire caen en momentos distintos. Mantener tu propia vida laboral en orden es un primer paso crucial para tener un buen rendimiento.
  • La comunicación: El papel del analista de negocio puede ser técnico, pero eso no significa que sólo interactúe con los ordenadores, sino todo lo contrario. La elicitación requiere el diálogo con todas las partes interesadas, lo que a su vez exige una excelente capacidad de escucha y saber hacer las preguntas adecuadas. También necesitarás habilidades para hablar, tanto si te reúnes con otros miembros del equipo, como si transmites las necesidades a los desarrolladores y a los informáticos, o te relacionas con los usuarios, o haces presentaciones formales a la dirección y a los clientes, utilizando un tipo de lenguaje diferente para comunicarte con cada uno de estos grupos.
  • Negociación: Gestionar el riesgo y tomar decisiones empresariales es a menudo un juego de intercambiar un resultado por otro, es decir, hacer compromisos. Asesorar sobre esas decisiones es la esencia de lo que hace un analista de negocio. Pero a menudo, sobre todo cuando trabaja únicamente como consultor, no puede limitarse a dictar lo que hay que hacer. En su lugar, un analista de negocio se basa en la persuasión para fomentar la aceptación de sus sugerencias, especialmente cuando esto significa que algunas partes interesadas tienen que renunciar a cosas en nombre del compromiso. La negociación, en este contexto, suele significar ser capaz de convencer a personas con objetivos opuestos para que adopten una visión más amplia. (También puede ser útil tener la piel gruesa)

¿Qué hace a un buen analista empresarial?

Si las muchas habilidades mencionadas anteriormente, tanto duras como blandas, son los requisitos básicos para ser un analista de negocio, ¿qué se necesita para ser un gran analista de negocio? Es decir, ¿cuáles son las características personales, o incluso el temperamento, que se necesitan para destacar en el análisis empresarial?

Capacidad de adaptación

Uno de los rasgos que definen el análisis empresarial es que cada problema es nuevo, cada situación es única, e incluso dentro de una empresa o sector determinado, las cosas siempre están evolucionando. Teniendo esto en cuenta, la capacidad de adaptación es uno de los rasgos que mejor servirán a un Analista de Negocio: adaptarse a los cambios rápidos y adaptarse a las diferentes demandas y formas de trabajar de las partes interesadas.

Aprendizaje constante

En la misma línea, los mejores Analistas de Negocio son personas curiosas e inquisitivas. Si te gusta la emoción de llegar al fondo de un problema, puede que te guste el análisis empresarial, pero si no, no habrá mucho que te atraiga aquí. El análisis empresarial también exige un aprendizaje constante, no sólo sobre la situación en cuestión, ya que cada nuevo proyecto se aborda mejor con una mente abierta, sino también sobre cómo realizar el propio análisis empresarial. La naturaleza altamente técnica de su trabajo hace que los analistas empresariales deban actualizar constantemente sus conocimientos. La formación continua es una de las características del trabajo, por lo que el amor por el aprendizaje es una ventaja.

Creatividad y agilidad mental

Y aunque se menciona más arriba, es difícil caracterizar las muchas formas en que se pone en práctica la creatividad en el análisis de negocio, es decir, la búsqueda de problemas de nuevas formas para desarrollar nuevas soluciones. Esto puede significar cualquier cosa, desde la innovación técnica, como la escritura de nuevos algoritmos de cálculo numérico para extraer patrones de los datos en bruto, hasta la capacidad difícil de cuantificar de seguir una corazonada y pensar en problemas conocidos desde nuevas perspectivas.

De hecho, este último punto habla de otro aspecto importante del trabajo: Los analistas empresariales trabajan cada día para convertir lo desconocido en conocido. Eso requiere no sólo creatividad, sino también la capacidad de mantener una mente abierta y ágil. La incertidumbre es un factor inherente a lo que hacen los analistas empresariales. Y aunque el objetivo principal de un Analista de Negocio es eliminar la ambigüedad -algo que, en última instancia, es imposible de hacer-, primero tiene que sentirse cómodo trabajando con ella, y (una vez más) adaptar su forma de pensar a medida que la ambigüedad avanza y retrocede con cada nuevo desarrollo.